LENGUAJE FEMENINO

Princeso: Hombre que pide que su amor, respeto e inversión sean correspondidos,
o cualquier hombre que pida el mínimo de respeto y trato humano.

Un hombre de verdad: Sugar daddie, padrastro, novio mascota,
cualquier hombre que sacrifique su bienestar para enmendar las irresponsabilidades de una mujer.

Novio: mascota

Esposo: cachudo

Mi amor: mi burrito de carga

Lo odio: me excita

Regálame flores: necesito demostrar en redes que tengo betas a mi disposición

Inseguro: hombre que no me deja engañarlo en paz

Empoderada: promiscua

Controlador: hombre que exige coherencia

Tóxico: hombre que no acepta basura emocional

No estoy lista: tengo mejores opciones pendientes

Necesito espacio: apareció alguien que me gusta más,
pero quiero tenerte de respaldo por si solo me culea y se va.

No eres tú, soy yo: sí soy yo, pero no quiero parecer la mala

Quiero algo serio: necesito ya un burrito de carga

Amigo: hombre para sacarle provecho

Ex: plan B en caso de emergencia

Mejora: quiero que te adaptes a mis necesidades sin protestar

Te mereces algo mejor: yo no pienso darte nada, no me excitas.

“Solo quiero sentirme libre”:
traducción: quiero hacer lo que me dé la gana sin perder tus beneficios.

Y así es como se reescribió el diccionario moderno.

Una era donde las palabras ya no significan lo que dicen.

Donde las mujeres se disfrazan de víctimas,
los hombres de peluches,
y el amor de contrato comercial.

Todo suena tierno,
todo parece justo,
pero debajo de la alfombra solo hay manipulación y egoísmo envuelto en “autoestima.”

Vivimos en la época donde el hombre que da es malo,
y el que exige respeto es “princeso.”

La masculinidad fue invertida.
Y cada palabra nueva es otra cadena psicológica.

Así que cuidado, bro.

Cada vez que una mujer te diga “no seas tóxico,”
traduce mentalmente:
“no me quites el control.”

Un abrazo,

Tu hermano mayor,
Iván Barca